jueves, 24 de marzo de 2011

El Asma. Pruebas de laboratorio relacionadas


El asma es una enfermedad inflamatoria crónica que se caracteriza por la constricción reversible, o parcialmente reversible, de las vías aéreas (bronquios). Los bronquios son conductos musculares que conducen el aire a través de los pulmones, llegando hasta las vías respiratorias más pequeñas llamadas bronquiolos. Cuando se sufre asma, las paredes de las vias respiratorias se inflaman y se hinchan. Esta reacción dificulta el paso del aire, lo que puede causar la aparición de sibilancias (sonido de la respiración fatigosa), dificultad respiratoria, o tos. Los episodios o ataques agudos de asma aumentan este efecto constrictor de la musculatura de los bronquios, y producen cantidades excesivas de moco. El diámetro del bronquio puede disminuir hasta tal punto que la cantidad de aire que puede pasar es mínima. Esto provoca que la persona afectada, además de presentar tos y sibilancias, sienta una fuerte presión en el pecho, así como una gran dificultad para respirar. Aunque no se conoce exactamente la causa que los desencadena, los ataques de asma pueden tener lugar en cualquier momento, pero son más frecuentes durante la noche y la mañana. Si estos ataques son graves, pueden llegar a poner en peligro la vida del individuo, generalmente requiriendo atención médica inmediata.

Aproximadamente un 5% de adultos padece asma. En los niños, el asma es una de las enfermedades crónicas más frecuentes. Antes de la pubertad, la incidencia es mayor en niños que en niñas. Después de esta etapa, la situación se invierte. Su prevalencia es superior en áreas urbanas que en áreas rurales, así como en ascendencia africana e hispana que en los caucásicos. Actualmente, aunque el asma no se puede prevenir ni curar, es una enfermedad controlable, y la mayoría de la gente que la padece puede llevar una vida activa y prácticamente con total normalidad.

La causa exacta del asma es desconocida, pero se sabe que se trata de una compleja interacción de diferentes factores. Los factores desencadenanates de los ataques de asma son ligeramente diferentes para cada persona. Aunque no todas, muchas personas que padecen asma también son alérgicas a otras sustancias específicas. En estas personas, los ataques de asma pueden ser desencadenados por los alergenos a los que son sensibles. Los bronquios reaccionan de manera exagerada a los alergenos en suspensión que se encuentran en el aire del hogar, del lugar de trabajo y en el medio ambiente, como el polen, la contaminación, el moho, los ácaros del polvo, pelos o piel de animales, las cucarachas y los humos. Los episodios de asma también pueden estar causados por estrés, respuestas emocionales fuertes (risa, llanto e ira), ejercicio, y la exposición a aire frío. En algunas personas, los beta-bloqueantes, el ácido acetilsalicílico, los sulfitos presentes en el vino y en los frutos secos, y las infecciones, también pueden desencadenar episodios de asma.


Pruebas de laboratorio
Las pruebas de laboratorio se utilizan para ayudar a descartar condiciones diferentes al asma que causan síntomas similares, para identificar las alergias que puede presentar el paciente, así como para identificar y evaluar las complicaciones que puedan aparecer. Durante los ataques de asma graves, las pruebas pueden solicitarse para evaluar y monitorizar la función de los órganos, los niveles de oxígeno, y el equilibrio ácido-base del organismo. Entre todas estas pruebas, se incluye:

  • Pruebas de alergia – análisis de sangre específicas para el/los alergénos sospechosos de causar los síntomas, como los ácaros del polvo, el moho, pelos de animales domésticos y el polen. Pueden solicitarse para ayudar a identificar los factores desencadenantes del asma.
  • Gases en sangre – a partir de una muestra de sangre arterial se evalúa el pH, saturación de oxígeno y de dióxido de carbono. Puede solicitarse cuando el paciente está padeciendo un ataque de asma.
  • Hemograma – para evaluar las células sanguíneas
  • Panel metabólico completo - para evaluar la función de distintos órganos
  • Teofilina – monitorización de las concentraciones sanguíneas si el paciente toma esta medicación

Otras pruebas que pueden solicitarse de manera ocasional:

  • Pruebas de fibrosis quística – para descartar la presencia de esta enfermedad
  • Cultivo de esputo – para diagnosticar infecciones pulmonares causadas por bacterias
  • Frotis y cultivo para micobacterias – para diagnosticar si existen infecciones por micobacterias tuberculosas y no tuberculosas
  • Biopsia pulmonar – para evaluar el daño del tejido pulmonar y la presencia de cáncer
  • Citología del esputo – solicitada de forma ocasional para evaluar las células pulmonares. En algunos pacientes afectos de asma pueden aparecer aumentos de eosinófilos y neutrófilos (dos tipos de leucocitos o células de la serie blanca de la sangre).